Cuando vas al mercado y eliges una manzana, una zanahoria o un puñado de arándanos, probablemente no te detienes a pensar en la historia que hay detrás de cada uno de estos alimentos.
Cuando vas al mercado y eliges una manzana, una zanahoria o un puñado de arándanos, probablemente no te detienes a pensar en la historia que hay detrás de cada uno de estos alimentos.
Hoy, te llevamos en un viaje para descubrir los secretos más sorprendentes de algunos de los productos más comunes… y otros no tan comunes.
El Kiwi: la «grosella china» que conquistó el mundo
El kiwi es famoso por su vibrante color verde y su sabor refrescante, pero lo que muchos desconocen es que su historia comenzó en China, donde se le conocía como «grosella china». No fue hasta el siglo XX que llegó a Nueva Zelanda, donde los agricultores lo cultivaron y lo bautizaron con el nombre de «kiwi», en honor al pequeño pájaro del país. Hoy en día, se ha convertido en una de las frutas más apreciadas por sus altos niveles de vitamina C y su capacidad para mejorar la digestión.
Tip ecológico
Si compras kiwis aún duros, guárdalos junto a plátanos para acelerar su maduración de forma natural.
Las zanahorias eran moradas (y no siempre dulces)
Si hoy te pidieran que dibujaras una zanahoria, seguramente usarías un color naranja. Pero, en realidad, las primeras zanahorias que se cultivaron en Asia y Persia eran moradas, blancas o amarillas. No fue hasta el siglo XVII cuando los holandeses comenzaron a cultivar una variedad naranja en honor a la Casa Real de Orange. Desde entonces, esta se convirtió en la zanahoria «estándar» que conocemos hoy.
Pero su transformación no solo fue de color. Originalmente, las zanahorias tenían un sabor mucho más amargo y eran menos dulces que las actuales, ya que los agricultores fueron seleccionando las más agradables al paladar.
El aguacate: el «oro verde» de los antiguos mayas
El aguacate es una de las frutas más apreciadas en la actualidad, pero su historia se remonta a miles de años. Los mayas y los aztecas ya lo consumían y lo consideraban un símbolo de fertilidad y fuerza. De hecho, en náhuatl, el nombre original del aguacate era «ahuacatl», que significa… ¡testículo!
Hoy, sabemos que el aguacate es un tesoro nutricional gracias a sus grasas saludables, su alto contenido en fibra y sus propiedades antioxidantes. Además, su versatilidad lo hace perfecto para ensaladas, tostadas y hasta postres.
Tip de conservación
Si quieres evitar que un aguacate abierto se oxide, guárdalo con el hueso y unas gotas de limón en la nevera.
Los arándanos: el alimento secreto de los pilotos en la Segunda Guerra Mundial
Los arándanos son pequeños, pero poderosos. Su alto contenido en antioxidantes y vitamina C los ha convertido en una de las frutas más valoradas para la salud. Sin embargo, una de sus historias más curiosas es que, durante la Segunda Guerra Mundial, los pilotos británicos los consumían regularmente porque creían que mejoraban su visión nocturna.
Aunque hoy sabemos que no convierten la vista en una especie de «visión nocturna natural», sí está demostrado que los arándanos benefician la salud ocular y protegen los vasos sanguíneos de los ojos.
El tomate y su historia de amor con Europa
Hoy en día, el tomate es la base de muchas cocinas del mundo, especialmente la mediterránea. Pero hace unos siglos, cuando llegó a Europa desde América, fue considerado tóxico y peligroso. Su color rojo brillante y su parentesco con la familia de las solanáceas (que incluye plantas venenosas) lo convirtieron en una curiosidad más que en un alimento.
Con el tiempo, los agricultores italianos y españoles descubrieron su delicioso sabor y lo incorporaron en salsas y guisos, dándole al tomate el lugar que hoy ocupa en nuestra gastronomía.
Dato curioso
Botánicamente, el tomate es una fruta, pero en 1893 la Corte Suprema de EE.UU. lo declaró oficialmente una verdura a efectos comerciales.
Conclusión
Cada fruta y verdura que consumimos tiene una historia que contar. Desde antiguos imperios hasta descubrimientos modernos, estos alimentos han viajado por el mundo, evolucionado en sabor y forma, y conquistado nuestros paladares.
En Ecohuerta Los Tamayos, nos encanta compartir contigo no solo productos frescos y ecológicos, sino también el conocimiento y la historia que hay detrás de cada uno. Comer saludable también es aprender y conectar con lo que la naturaleza nos ofrece.