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Romanescu

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Romanescu es una variedad de col cultivada en Europa, conocida por su apariencia única y su forma fractal.

Descripción

Romanescu es una variedad de col cultivada en Europa, conocida por su apariencia única y su forma fractal. También se le conoce como col romanesco o brócoli romanesco. Se caracteriza por tener una cabeza grande y compacta compuesta por pequeñas protuberancias con forma de cono que se ramifican en forma de espiral. Su color verde intenso y su aspecto geométrico lo convierten en una verdura llamativa y visualmente impresionante. En términos de sabor, la romanescu es similar al brócoli, aunque algunos afirman que es más dulce y suave. Es una verdura versátil que se puede utilizar en diversas preparaciones culinarias, como en ensaladas, salteados, al vapor o asados. Además de su atractivo estético, la romanescu también es valorada por su contenido nutricional, ya que es rica en vitaminas C y K, así como en fibra y antioxidantes.

Valor Nutricional

La romanescu es una verdura con un valor nutricional significativo. A continuación se detallan algunos de sus componentes nutricionales principales por cada 100 gramos de romanescu cruda:

  • Calorías: alrededor de 30-35 calorías.
  • Carbohidratos: aproximadamente 7 gramos.
  • Proteínas: alrededor de 2 gramos.
  • Grasas: menos de 1 gramo.
  • Fibra: alrededor de 2-3 gramos.
  • Vitamina C: contiene alrededor de 80-100 mg, lo que representa más del 100% de la ingesta diaria recomendada.
  • Vitamina K: contiene aproximadamente 100-150 microgramos, lo que supera ampliamente la ingesta diaria recomendada.
  • Ácido fólico: contiene alrededor de 60-80 microgramos.
  • Potasio: aproximadamente 250-300 mg.
  • Calcio: alrededor de 20-30 mg.
  • Hierro: contiene aproximadamente 0.5-1 mg.

Conservación

  1. Almacenamiento: Guarda la romanescu en el refrigerador, preferiblemente en el cajón de las verduras o en una bolsa de plástico perforada para permitir la circulación de aire. La temperatura ideal de almacenamiento es alrededor de 1-4 °C.
  2. Limpieza: Antes de guardarla, asegúrate de limpiar bien la romanescu para eliminar cualquier suciedad o residuos. Puedes lavarla suavemente con agua fría.
  3. Secado: Después de lavarla, sécala cuidadosamente con una toalla de papel o un paño limpio para eliminar el exceso de humedad. Esto ayudará a prevenir la aparición de moho y a mantenerla fresca por más tiempo.
  4. Conservación en porciones: Si planeas utilizar solo una parte de la romanescu, es recomendable cortarla en porciones más pequeñas y guardarlas en recipientes herméticos o bolsas de almacenamiento. De esta manera, podrás sacar solo la cantidad necesaria y mantener el resto fresco.
  5. Evita la exposición al aire: La romanescu tiende a deteriorarse rápidamente cuando se expone al aire. Por lo tanto, asegúrate de mantenerla bien cubierta en el refrigerador para evitar que se seque o se oxide.